¡A bajar de peso! Publicidad para tallas grandes

La obesidad se ha convertido en una "epidemia" a nivel mundial. Tan sólo en México, más de la mitad de la población padece este problema, el cual ya no sólo afecta a la población adulta, si no que se apodera de los menores de edad; informa EL UNIVERSAL.

Existen diferentes métodos para estimular a las personas a controlar su dieta y orientarse sobre cómo cuidar su organismo. Recientemente, la publicidad ha sido una de las armas empleadas por empresas privadas y organizamos gubernamentales para luchar contra el sobrepeso.

Do-While.com realizó una recopilación de carteles publicitarios, los cuales tienen el objetivo de hacer conciencia en las personas sobre su obesidad, resaltando que un abdomen prominente es sinónimo de una mala salud y no sólo cuestión de belleza física.

"Tú eres lo que comes, lo cual es extraño, porque tú, obviamente no consumes peras"; se puede leer en la pelota. El anuncio pertenece a "Gold Gym", un centro de entrenamiento físico, que busca mantener en excelente condiciones a sus clientes.

¿Problemas con el cinturón? Existen diferentes formas de remediarlo. La primera de ellas es acudiendo con un especialista como un nutriólogo, o simplemente hacer ejercicio para quemar calorías.

Una forma de satirizar la obesidad es mostrando a la muñeca "Barbie", la cual muestra siempre en sus juguetes una figura excepcional. Sin embargo, el llevar una vida sedentaria y alimentándose de comida chatarra, podría terminar con unos cuantos kilos de más.

Un sarcasmo que busca hacer reflexionar a las personas: "Sé amable con las personas gordas, pues un día pueden salvarte la vida".

Para la gente resulta cruel comparar la complexión física de una persona obesa con la de algún otro ser vivo. Algunos especialistas coinciden en que esta es una de las pocas maneras en cómo se puede solucionar este problema.

MyBodyGym.co creó su propia campaña de publicidad para invitar a las personas a ejercitarse.

¡Ya es hora! Propone esta serie de anuncios, los cuales buscan mostrar, de manera cómica, lo mucho que podrían llegar a sufrir los botones de una camisa cuando un abdomen prominente les impiden cerrarse adecuadamente.